El gobierno se plantea volver a elevar el límite de velocidad

Estamos casi a un mes vista de la fecha que se planteó el gobierno como tope para el límite de velocidad a 110 km/h en nuestras carreteras. Y para celebrarlo el ministro de industria ha hecho unas declaraciones al respecto. Aunque lo declarado suena más a globo sonda que otra cosa. Ahora resulta que durante estos meses de restricción se ha ahorrado bastante en combustible (según la apreciación del gobierno) y que según ellos mismos el precio del petróleo ha bajado, con lo que podríamos volver a la limitación de 120 km/h. Lo que no entiendo es por qué si el precio del petróleo ha bajado a mi con 5 euros cada vez me ponen menos gasolina en el depósito.

¿Además y si el día 1 de julio el petróleo vuelve a subir? ¿Volveremos a ver el numerito de ir poniendo pegatinas a las señales de tráfico? Ya cansa tanta medida y contra-medida, señores aclárense porque esto ya no es gobernar, es tomarnos el pelo a los ciudadanos. Y los ciudadanos creo que ya hemos demostrado lo cansados que estamos de este juego de Penélope.

Total, que a día de hoy parece que volveremos al límite de 120 km/h en las autovías en cuanto llegue la fecha del 30 de junio, pero intentan asustarnos con la historia de que si la cosa se mueve volveremos a los 110 km/h. No se vosotros, pero mi planteamiento es que cuando la gasolina llegue a los dos euros por litro o el límite de velocidad se iguale con lo que corre mi moto más antigua (lo que pase antes y ambas cosas están muy cercanas) pararé todo mi parque móvil e iré a todas partes andando o en bicicleta. Ni siquiera en transporte público porque en mi ciudad, como en muchas otras, ese servicio es de pena.

Sinceramente, a mí me suena a cuento chino. No es más que otra estratagema del gobierno para calmar al populacho. Ni el precio del petróleo ha bajado (no hay más que ver cómo nos tiembla el bolsillo cuando vamos a la gasolinera) ni los países que nos abastecen han solucionado sus conflictos.

Veremos a ver si al final se mantiene el nuevo límite o se vuelve al de toda la vida, quedan veintinueve días para pensarlo y estudiarlo.