Mitos y leyendas del mundo de las motos.

Mito 1
Cuanto más pequeña sea la corona trasera, más correrá tu moto



DEPENDE. Y lo mismo se podría aplicar al piñón de ataque: cuantos más dientes tenga, más correrá. En principio sí, aunque perderás aceleración. Hay un límite en el alargamiento del desarrollo que viene marcado por la potencia y la aerodinámica: no esperes conseguir 140 km/h con un ciclomotor. Lo suyo es tantear el desarrollo en carretera abierta para no tener que reducir frecuentemente a quinta (desarrollo largo) o no llevar el motor ‘pasado de vueltas’ (corto).



Mito 2
Existen bombillas halógenas con casquillo estándar para conseguir más luz en un faro convencional



VERDADERO. Es verdad, pero están prohibidas. Se debe a que una parábola convencional no está preparada para soportar el calor de una bombilla halógena provocando que se descascarille la capa reflectora. Además, el punto de más intensidad de luz de una bombilla halógena está más alejado del zócalo que en una bombilla incandescente tradicional, lo que hace que no coincida con el foco de la parábola generando un haz de luz muy poco eficaz.



Mito 3
Los neones no molestan a nadie, hacen que te vean mejor y queda más chula tu moto



VERDADERO. Pero a ver cómo le convences al ingeniero de la ITV, porque el Reglamento de Vehículos no permite circular con otras luces encendidas diferentes a las homologadas.



Mito 4
Con un casco modular o convertible tienes dos cascos en uno: abierto en verano e integral




FALSO. Un casco convertible está hecho para que sea más fácil ponérselo, sobre todo a los que llevamos gafas, y descubrirte la cara cuando estás parado. En marcha resulta muy peligroso circular con él abierto, es más te pueden multar por hacerlo: el bozal en su parte alta podría engancharse (en una caída o al pasar por una puerta de garaje que no se ha abierto del todo), provocando una grave lesión de cervicales que te puede dejar en silla de ruedas de por vida.



Mito 5
Si quieres frenar más, utiliza pastillas de carbono




DEPENDE. No siempre, lo mejor para competición suele ser lo mejor para la calle. Lo malo de las pastillas de carbono es que no frenan cuando el conjunto disco/pastillas está frío y, además, desgastan mucho más los discos. Eso sí, cuando se calientan son lo mejor, pero, ojo, cuestan una pasta y duran un suspiro. Una solución alternativa a las cerámicas tradicionales, son las pastillas sinterizadas; no se llevan bien con los discos de fundición (no inoxidables) y las deberás cambiar con frecuencia.



Mito 6
Si te va la conducción deportiva, pon a tope la precarga de las suspensiones




FALSO. Si endureces la precarga de la suspensión trasera haces que sea más dura en su recorrido inicial. Si estás en un circuito con el asfalto en buen estado, fenomenal porque la moto no ‘flaneará’ y podrás rodar deprisa. Pero en una carretera con firme en mal estado te encontrarás botando todo el rato, perdiendo la tracción y su control. Y aún así, ojo en el circuito: una moto no es un coche que apoya su peso en un lado y tiene que aguantar. Si te pasas ‘apretando’ puedes perder tracción en zonas con baches y el control al frenar de delante. Las suspensiones tienen que funcionar y no las debes sustituir por unas ‘barras fijas’.



Mito 7
Si quieres que tu moto corra más, aumenta la presión de los neumáticos 1 bar




VERDADERO. En principio, es verdad. Si aumentas la presión en el neumático trasero (en el delantero no influye) conseguirás que aumente el diámetro de la rueda y, por tanto, alargarás el desarrollo. Sin embargo, tiene sus contraindicaciones ya que reducirás la huella de contacto del neumático con el suelo, se desgastará más en su zona central, y conducirás fuera de las condiciones de seguridad que recomiendan tanto el fabricante del neumático como el de tu moto.



Mito 8
Los mejores aceites son los multigrado 5W-50




FALSO. La calidad del aceite viene dado en las recomendaciones API que vienen anotadas en el envase. Un multigrado con tan amplio espectro de viscosidades –5 para invierno (W: winter) y 50 para temperaturas cálidas- es más caro de fabricar y estarás tirando el dinero ya que posiblemente en tu zona no haya temperaturas tan extremas (más aún cuando la moto duerme en garaje). Consulta la tabla de viscosidades con las temperaturas que te recomiende el fabricante. En la mayoría de los casos con un 20W-50, 30W-50 ó 20W-40 es más que suficiente. Respecto a la calidad, también estás pagando de más si empleas un aceite SJ –dirigido a motores que se mueven en un alto régimen de revoluciones- cuando el fabricante recomienda simplemente un SG.



Mito 9
¿Debo cambiar el aceite cada año aunque apenas use la moto?




VERDADERO. El aceite no sólo ‘envejece’ cuando el motor está en marcha, aún en parado el natural proceso de oxidación va degradándolo, de modo tratándose de un aceite muy avanzado como norma debe sustituirse cada año. La oxidación del aceite se inicia tan pronto como es puesto en servicio y a la larga genera alcoholes, aldehídos, cetonas, ácidos orgánicos y depósitos carbonosos, los conocidos lodos, que incluso atacan a los partes metálicas del motor. Además de aumentar la acidez del aceite, la oxidación también provoca un aumento de la viscosidad ¡pudiendo llegar a multiplicarse por dos!



Mito 10
Puedo apurar el cambio del filtro de aceite más de dos cambios.




FALSO. Un filtro ya usado contamina el nuevo aceite. Aparte de los depósitos retenidos, las paredes del filtro también se impregnan de las perjudiciales sustancias resultantes de la oxidación. Sustituye el filtro cuando te lo indique el fabricante y no lo apures.

Hay una leyenda urbana que olvidas. Si en carretera tienes una averia, espera tranquilamente en la cuneta, porque en un momento aparecerá el rey con su moto y te ayudará a regresar a casa.